Graffitis Vandálicos y la eficiencia de la pericia caligráfica en la detección de autorías.

Autor: Walter L. Ledesma
Calígrafo Público Nacional - Egresado de la Universidad de Buenos Aires.
Actualmente actúa en las designaciones de oficio en los Tribunales de Tandil, Azul y Capital Federal.

Como profesional de la pericia caligráfica ingresé en este tema hace casi dos años y debo confesarlo, de manera inesperada.

Debido a una nota periodística que captó inmediatamente mi atención escuchaba una serie de reclamos de vecinos y frentistas de Tandil -lugar donde resido-, que exigían a las autoridades comunales una solución frente al problema de los graffitis vandálicos.

Graffiti

Mi atención en ese momento era captada como un vecino más que escuchaba un reclamo como tantos otros que pueden surgir en una ciudad en pleno crecimiento y expansión. Hasta allí solo participaba como ciudadano y no como calígrafo.

De pronto, entre todos los comentarios, un vecino que reclamaba ofuscado, advertía la imposibilidad de detención de los autores del hecho debido a que los graffitis se hacían en horas de la noche y no eran detectados por las cámaras de seguridad, como así tampoco era posible atraparlos “in fraganti” debido a la ausencia o poca frecuencia de patrullajes en la zona.

Inmediatamente comencé a interpretar la nota ya no como vecino sino como calígrafo y me vinieron a la memoria algunos apuntes que pasaron por mis manos sobre graffitis, escrituras no convencionales, elementos de escritura impropios y mensajes intimidatorios, claro que esto, evidentemente representaba otra problemática, lo que despertó aún más mi interés y por lo tanto no dejó de repicar en mis pensamientos. Al poco tiempo decidí comentarlo con Andrés Peroncini también calígrafo con quien trabajamos juntos hace más de siete años, tanto a él como a mí nos une la profesión y una enorme curiosidad que nos ha llevado por caminos insospechados dentro de la profesión, esta no era una excepción y fue así que inmediatamente no dudamos en adentrarnos en el tema.

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